Aula «D. Félix Avia» Más: Sala 2 y Los Maestros Rurales Motorizados
No dejaré de decir que, si creo haber merecido la vida,
no es por el conocimiento que haya transmitido a otros,
sino por los ánimos que haya logrado levantar
M. de Unamuno
En el año 1997, la Asociación Cultural Amigos del Museo Etnológico, gracias al material que el maestro local D. Félix Avia Peña (1921 – 2006) había logrado conservar, montó la exposición permanente “La Escuela del Siglo Pasado”, en la que se refleja un aula de enseñanza similar a las de aquellos años. Posteriormente se fueron añadiendo nuevos materiales, donados por vecinos del pueblo.
La Escuela del Siglo Pasado recrea con bastante fidelidad el espacio en el que muchos niños de la época aprendieron a leer y a escribir. No hay que olvidar cuál era la realidad educativa de Santa Cruz en aquellos años. Hasta mediados del siglo pasado sólo existían 2 «grupos escolares»: el de la subida a la Santiago (de los años 30, con 4 aulas) y el de la Glorieta (2 aulas). Ello obligaba a impartir clases en locales diseñados para otros usos (en el Pósito, en la antigua sede de Izquierda Republicana, luego de Falange), en salas alquilados y, con frecuencia, en las propias casas de los maestros. De hecho algunos de nuestros socios aprendieron a leer y a escribir en «aulas de fortuna» como la de nuestro museo.
El Aula
En la primera sala se expone el mobiliario de la época (pupitres, pizarra, mesa, sillas, perchas, etc.,.) y abundante material educativo y didáctico: cuadernos de rotación, enciclopedias, catecismos, manuales, puzzles, globo terrestre, cuadros, estampas, láminas de higiene, historia y biología y varios mapas (uno de ellos de finales del siglo XIX, pues en él figura Filipinas, Cuba y Puerto Rico como posesiones españolas).
Las clases
Las clases comenzaban con la oración, una vez que todos los alumnos, tras saludar con el «Ave María Purísima» de siempre, habían ocupado sus lugares. En la sesión de la mañana se estudiaba siempre las materias pesadas, Matemáticas, Cálculo, Lenguaje. Mientras el maestro o la maestra explicaban la lección del día, otros grupos realizaban las cuentas puestas en la pizarra, corregían los deberes, etc. Si el número de alumnos era alto, algunos mayores ayudaban de alguna manera a la labor del maestro.
El recreo era empleado muchas veces por el maestro para atender a alumnos con dificultades en el aprendizaje mientras vigilaba también a algún arrestado.
Tras el descanso, se trataban otras materias más suaves como Geografía, Historia, o Ciencias; y sobre todo, se hacía la lectura conjunta e individualmente. Ni la formación de las parejas de alumnos ni la colocación y disposición de los pupitres en el aula se regían por la casualidad. Se hacía siempre con una intención educadora, como recurso para premiar, castigar o estimular.
En 1870 se citaba como material imprescindible en una escuela elemental, tableros del tamaño de un pliego de papel, destinados a pegar en ellos lecciones de lectura, que debían estar colgados en la pared junto con un puntero de madera de unos dos pies de longitud para señalar a los niños la letra.
Educación femenina
En la Ley de Educación Primaria de 1945, se decía «La educación primaria femenina preparará especialmente para la vida del hogar, artesanía e industrias domésticas.» Hoy en día, asumida completamente la coeducación en todos los niveles educativos, se pueden localizar sin embargo, en multitud de textos escolares, rasgos sexistas, probablemente no introducidos de manera deliberada, pero que siguen haciendo posible la inercia y transmisión del mismo modelo, en el que prima lo masculino, con el que fuimos educados.
El predominio de lo masculino en el campo de la educación era una realidad constatable que impregnaba textos y recursos didácticos de una manera verdaderamente llamativa. Que hubiera incluso enciclopedias exclusivamente para niñas, estableciendo diferencias en el conjunto de conocimientos de los programas escolares, resulta más aberrante que el ver también libros de lectura solamente para niños. Los títulos son claramente significativos: «La niña instruida», «La niña hacendosa», «El ideal de una niña», «La mujer y su hogar», «Niñas y flores«, etc. Probablemente el libro más popular fue «Flora«, del año 1880. En él, su autora Pilar Pascual de San Juan, profesora de Primera Enseñanza Superior, dice en el prólogo a las señoras maestras: «… la autora toma a Flora desde la más tierna infancia, no se separa de ella hasta dejarla casada y en perfecta disposición de ser tan buena esposa y madre como ha sido excelente hija …»
Geografía e Historia
Para la enseñanza de Geografía en las antiguas escuelas, se tomaba como punto de partida el pueblo, se seguía con el partido judicial, la provincia, la nación, etc., hasta llegar a conocer el globo en general o las razas. Incluso en la escuela más humilde había distintos mapas, de papel sobre tela los más antiguos, de hule negro, mudos o pizarrosos, y ya los más recientes y de calidad, los pedagógicos (años cincuenta). Los más extendidos eran los de P. Vidal, La Blanche, de Paluzie y de Dalmau Carles. Tampoco faltaba el globo terráqueo o esfera, que era al mismo tiempo motivo ornamental sobre la mesa del profesor o sobre el armario o estantería de la clase.
Las esferas más antiguas localizadas son las metálicas de Copérnico y las armillares, aunque las más utilizadas fueron las de escayola con diferentes tamaños y soportes y que se encuentran casi siempre en muy mal estado de conservación. Un aparato curioso era el telurio; éste era un artilugio que servía para explicar los movimientos de la tierra, las estaciones y el día y la noche.
Medios tecnológicos
Los proyectores de diapositivas de vidrio, de cuerpos opacos y las negras y pesadas máquinas de escribir Underwood, continental o Royal, no fueron muy frecuentes en las escuelas. Sin embargo, al ser un material probablemente más valorado que otros recursos didácticos y por tanto mejor cuidado y hasta salvado de la destrucción, han llegado en gran parte hasta nosotros.
El proyector de la Exposición fue utilizado en los años 30 a 40 gracias a la generosidad de un Maestro que con el fin de entretener a su alumnado, invirtió su sueldo para la adquisición del proyector. En una escalera se montaba el proyector y los alumnos en las “gradas” se recreaban con las proyecciones.
En los años 60 el Ministerio empezó a suministrar los primeros proyectores de “super 8”, reproductores de diapositivas y grabadores de sonido, con grandes rollos de cintas .
El cuerpo humano y su higiene
Perduran muchos manuales y textos de higiene, y quedan también algunas láminas. Pero lo que merece la pena resaltar era la atención y la práctica diaria, en las escuelas, alrededor de la limpieza. Era habitual la revista, al entrar por la mañana, ante la mesa del maestro. Se repasaban uñas, orejas y pelos y era frecuente que algún alumno fuera enviado otra vez a su casa para completar o mejorar su aseo, causando el correspondiente disgusto de la madre.
Periódicamente también se organizaban en muchas escuelas verdaderos zafarranchos donde armarios, bancos y pupitres, en el patio de recreo, eran raspados y frotados a conciencia, principalmente con ocasión de las visitas del Señor Inspector.
Matemáticas y Geometría
La enseñanza de las Matemáticas y la Geometría han ocupado un lugar importante en la escuela tradicional. Se les dedicaba más tiempo que a otras materias y casi siempre por la mañana, cuando el alumno podía estar más descansado. Pero en nuestro país el aprendizaje de estas materias ha sido con frecuencia una actividad rutinaria y dura, de la que los antiguos escolares no guardan muchas veces un buen recuerdo. La importancia que se ha dado a las Matemáticas ha generado una gran cantidad de materiales que todavía se pueden encontrar en nuestras viejas escuelas. Muchos de ellos aparecen en láminas con el título de Pesas y Medidas del Sistema Métrico Decimal de Paluzie o S.Calleja. Medidas de capacidad de madera, de latón, balanzas y sus pesas y cajas de cuerpos geométricos fueron materiales utilizados en casi todas las escuelas. La regla, el cartabón y el compás de madera eran imprescindibles. Pero lo más representativo era el Ábaco, que en la actualidad se emplea como recurso didáctico casi exclusivamente en países orientales.
Religión
El tiempo reservado en los viejos horarios escolares para esta disciplina y los diferentes materiales empleados, fueron sin duda importantes. Además de la parte dedicada a Religión en todas las enciclopedias, había diferentes textos de Doctrina Cristiana o Catecismo y de Historia Sagrada.
Sorprende casi siempre en estos últimos, las cuidadas y bellas ilustraciones. La aplicación en el “Catecismo”, algunas veces tenía mayor dedicación e insistencia que en la aplicación de otras materias.
Otro periodo de aplicación religiosa, era durante el mes de Mayo, mes Mariano, en donde los alumnos montaban altares, teniendo que llevar flores y cantando las tardes el “Venid y vamos todos, con flores a Maria, con flores a Maria que Madre Nuestra es…”.
Algunos Maestros para que los alumnos fuesen aplicados en Religión, solían preguntar los lunes al alumnado el tema de la Misa del Domingo, y algunos detalles de la Misma. Nombre del Párroco que oficio la Misa, de que había tratado la homilía, etc.
La estufa
La mayoría de las Escuelas, carentes de aislamientos, eran verdaderas neveras. La estufa, por tanto, era el objeto del aula al que todos los Alumnos deseábamos estar cerca. Entorno a la Estufa había todo un protocolo y ceremonia. El Maestro asignaba a un Alumno la limpieza de la estufa y su “carga” o encendido. Al principio la leña era aportada por los propios Alumnos que la transportaban en sus carteras o cartapacios. En algunos lugares había una “tasa” o “impuesto obligatorio” en la tala de madera, teniéndose que aportar una cantidad para La Escuela.
Después las Estufas se alimentaron de carbón, que se guardaba en cajones de madera o sacos, lo que originaba un problema de limpieza difícil de solventar. En algunas escuelas para combatir el Maestro el frió, había braseros. También había braseros portátiles ó móviles, y eran los alumnos los que lo llevaban encendidos desde sus propias casas. En la exposición están los dos modelos de braseros. El tufo de los braseros, originó más de un problema de mareos e intoxicación. El Maestro se “aislaba” del frió, con tarimas que levantaban los pies del frió suelo. Eran rudimentarios apoya-pies “ergonómicos”.
La vara
La vara ó palo, pavor de los Alumnos, sistema de aplicación de arcaico lema de “La Letra con Sangre Entra”. Los castigos eran aplicados sin piedad y contemplación por algún Maestro que tenía desmesurados conceptos sobre la disciplina, Sistema de castigo y represión alentado por los propios Padres, con frases como “si mi hijo se lo merece Usted déle..”, además si se producía castigo por el Maestro, al llegar a casa, el Alumno sabia que de enterarse el cabeza de familia, tendría “doble ración”. Para combatir contra la vara, había artimañas, ponerse cartones o pañuelos en los bolsillos del pantalón para acolchar el posible golpe trasero, mojarse las manos, darse aceite o cera, para que resbalase el golpe. Eran tiempos en los que los miedos a no saberse la lección, a mirar por las ventanas, a hablar, llegar tarde, o simplemente que ese día el Maestro no tenia buen día. También había Maestros que combatían contra esa “norma” o pauta, siendo auténticos luchadores ó luchadoras contra el uso de la violencia en la docencia.
La leche en polvo
La falta de alimentos, la escasez nutritiva, daban origen a una infancia con carencias para el desarrollo del niño. En algunos hogares, los mas pudientes, se contrarrestaba esta carencia con el calcio, los “aperitivos” de Calcio 21, para fortalecer los huesos y ayudar al crecimiento. En las Escuelas, se daba a la hora del recreo un vaso de leche, un trozo de queso o carne de membrillo.
En un principio la leche era en polvo, y para más señas procedía de los EEUU, enviada en bidones, como el original de la exposición, con grandes recipientes se mezclaba con agua. Su toma era obligatoria. Para darle mejor sabor se le ponían aditivos con azúcar, que se transportaban a la Escuela en bolsitas o cucurucho de papel.
El vaso de leche era objeto de trueque entre los alumnos, la moneda de cambio eran cromos, canicas y utensilios utilizados en juegos. A mediados de los años 60, la leche en polvo, fue sustituida leche embotellada, eran las “Clesas”, también fue la primera vez que en España llego el “tetabrik” piramidal conteniendo la leche.
Cuadernos de rotación
La evaluaciones, de aquellos años, se plasmaban en “Los Libros de Rotación”, en los que una vez individualmente, otras por grupos, se realizaban trabajos de las lecciones recibidas en el curso.
Los libros de rotación mezclaban la producción literaria con la pictórica de los alumnos. Esos cuadernos de rotación, eran los únicos medios de comprobar la aplicación del Alumno. Había cuadernos de rotación por Alumno, por materia o de la clase.
Otro soporte de los Maestros de aquellos años, era el tener un cuaderno propio, en el que estaban desarrolladas las materias a impartir en el curso, uno de estos cuadernos del año 1935 de Geografía de España de asombrosa calidad caligráfica se puede contemplar en esta exposición.
El señor Inspector
Periódicamente, el Señor Inspector se personaba por la Escuela para comprobar el funcionamiento y nivel del alumnado. Pese a que la visita debía ser por sorpresa, la mayoría de las veces había un preaviso, por lo que se le estaba esperando y unos días antes se había ensayado la estenografía de su visita. El Maestro comentaba al Sr. Inspector que estaban dando geografía y el Inspector le invitaba a continuar con la Clase. Maestro: A ver, tu Víctor: El rió Tajo: Víctor: El Tajo con sus 1.120 Kilómetros es el rió mas largo de la península Ibérica, nace en Teruel, en los Montes Universales, recorre la mitad Sur de la Meseta, sus principales afluentes son: El Jarama, Guadarrama .. Ni que decir tiene que los alumnos interrogados, eran los más sobresalientes del curso, los más rezagados, se les situaba al fondo del aula. El Sr. Inspector, además del control del Alumnado, realizaba una vigilancia sobre el Maestro, principalmente a aquellos Maestros o Maestras catalogados como “de dudosa procedencia o inclinación política”.
Las láminas de Calleja
La carencia de medios para impartir las Clases, era suplida con el ingenio de los Maestros. Durante muchos años, se carecían de libros, no solo de alumnos, también del propio Maestro. Por tanto tener un soporte didáctico era difícil, entre los autores de la época destacan los trabajos en libros y laminas de S. Calleja, el mismo que el de los Cuentos de Calleja (Tienes mas cuento que Calleja). Afortunadamente la colección del 1915 de la Historia completa de 10 laminas con un total de 120 Viñetas, gracias al tesón de guardar el material didáctico que tenia en su escuela del Maestro de Santa Cruz de la Zarza D. Félix Avia Peña ha permitido que se disponga de esta maravilla, de los pocos, por no decir único ejemplar en la actualidad. Había un texto por cada viñeta, que tenia que ser memorizado por los Alumnos. Con lo que sabiéndose las laminas, se conocía la Historia de España. Por cuestión de espacio, en la Exposición solo se ha podido colocar la primera lámina de la colección. Podremos olvidar las enseñanzas pero no a las personas que nos ayudaron a descubrir los caminos del Saber.
NOTA: El material expuesto en esta Escuela del Siglo Pasado, ha sido el legado y el fruto de la recopilación, con cariño, para que otras Generaciones puedan contemplar cómo era la Enseñanza de hace años.