Autor del cuadro: José María Gómez Rodriguez-Monge (Taller de José María Peña)
El reloj de Ayuntamiento, aquella farola en mitad de la plaza, los árboles, su pavimentado de adoquines y las tiendas y bares que tantos recuerdos nos evocan, tantas vidas. Las tiendas desaparecieron, y los bailes, y los bares unos se cerraron y otros cambiaron.
Solo uno ha perdurado a lo largo de los años, y ahora se cerrará, para el merecido descanso de quien en los últimos años lo gestionó. Serrano, hijo y nieto de los anteriores Serranos.
Aquel café de madrugada a la espera del bus o la «raspa» a la Estación. Café con unas gotitas de quitapenas.
Los más mayores en los bancos y taburetes de la plaza, al lado el Ayuntamiento. ¡Lo que ha visto pasar el Sótano !. El discurrir del día a día del pueblo, del siglo y pico de vidas. Los tintos, los botellines y los callos, el champiñón, las patatas y los cacahuetes al tablero.
Lugar de tertulias del campo, de la sequía, de fútbol, de política, de noviazgos, bodas, bautizos y de la última cabezá antes de emprender camino Empedrada abajo. De lo divino, aunque mucho más de lo humano. Esos taburetes y mesas en el estrecho de «El Sótano» han oído y visto pasar la historia, alegrías, y penas, sol y sombra.
Tres generaciones de Serranos. Muchos años, recuerdos y vivencias bajo del viejo reloj, sus campanadas. Y el pasar -a veces correr- el tiempo de este pueblo. Historia de la Plaza, del pueblo.
Habrá que tomárselo con tranquilidad y humor, esa que tenían, abuelo, hijo y nieto de los Serranos del Sótano.
Brindemos con la penúltima por el Sótano, el Sotanillo, encá Serrano y sus recuerdos. Esos alegres momentos en el Sótano, a diario, los fines de semana y las fiestas de guardar. Guardamos esos buenos momentos, tertulias, amistades y ratos de parte de nuestras vida bajo el reloj de la plaza de nuestro pueblo
Alfredo Avia Aranda
El Sótano (2)