Desde siempre, hasta donde nuestra memoria llega, cada 30 de abril hemos cantado los Mayos. Es nuestra forma de despedir los rigores del invierno y dar la bienvenida a la primavera.
Pero, este año, el tiempo entre el final del invierno y comienzo de la primavera está siendo muy difícil, muy triste, muy solitario. Y también muy solidario, porque estamos haciendo todo lo que podemos para sobrellevar esta pandemia y ayudar a nuestros vecinos.
Precisamente por eso, ahora no vamos a desmayar.
Vamos a cantar los Mayos. Como sea, desde balcones y ventanas, por internet, con mascarillas, sin poder abrazarnos…
Claro que sí: cantaremos los Mayos, pero en casa.